Firmado por: Salvador Majón- Semana Vitivinicola; José Ramón Sánchez Peiró – Periodista; Cristina Alcalá – Mi vino – Vinum; Andrés Proensa- Guia Proensa / Planeta vino; Mónica Muñoz Blanco – CEV; Enrique Calduch – Divinos Placeres; Raquel Castillo – Freelance; Miguel Angel Rincon – Freelance; Segundo Lopez – Strogonoff; Alfredo Peris Balada – Vinos y Restaurantes; Luis Vida – El Mundo Vino; Mario Hernández Bueno – La Provincia; José Luis Murcia; Ramón Francàs Martorell; Iñigo Morales de Rada – El Gastrónomo; Margarita Lozano – Ediciones, Congresos, Rrpp.

 

La actual situación económica ha exacerbado algunos de los males endémicos que aquejan a los medios de comunicación que se dedican al vino en nuestro país, cuya supervivencia se hace paulatinamente más comprometida, a la vez que pone en serio riesgo un bien esencial como es el derecho de los lectores y consumidores a una información objetiva e independiente sobre la materia.

Su fuerte dependencia de los ingresos publicitarios –común a la práctica totalidad de la prensa sectorial- coloca más que nunca en una posición de debilidad a las cabeceras de este segmento editorial frente a las presiones de las empresas e instituciones anunciantes. Cada vez con mayor frecuencia, estos soportes informativos –y no pocos profesionales del periodismo- se ven impelidos a escoger entre la supervivencia económica y el respeto de los intereses de sus lectores.

Creemos que, a través de un diálogo crítico enriquecedor para todas las partes, especialmente con las bodegas y los profesionales de la enología, en el último cuarto de siglo la prensa especializada ha tenido una contribución fundamental en el diseño del elevado perfil cualitativo del que hoy gozan los vinos de nuestro país en el mundo. Sin embargo, hay motivos para afirmar que, en la actualidad, esta contribución está siendo ignorada –o cuando menos contemplada con indiferencia- tanto por las instituciones públicas como por una buena parte de las empresas vinculadas a este importante sector de la economía española.

Entendemos que la difusión de una cultura de consumo inteligente y responsable de vino es la única vía para recuperar un mercado interno en preocupante decadencia, al tiempo que un instrumento necesario para potenciar la imagen del producto en los, hoy más que nunca, imprescindibles mercados y foros enológicos internacionales.

Por ello hacemos un llamamiento a la reflexión dirigido a empresas editoriales, profesionales de la información, productores y anunciantes, instituciones y consumidores, y les invitamos a involucrarse en la necesaria recuperación de un segmento editorial estratégico para el desarrollo de la imagen y la comercialización de los vinos españoles de calidad:

A las administraciones públicas, para el establecimiento de un ámbito normativo favorable a las iniciativas editoriales y periodísticas comprometidas con este objetivo común.

A la industria del vino –especialmente las bodegas-, para que se comprometan con la supervivencia de la prensa especializada y la reconozcan como un soporte necesario y eficaz para sus mensajes publicitarios.

A las empresas editoriales, para que protejan la independencia de sus redactores, la objetividad de sus contenidos y la dignidad profesional de sus colaboradores.

A los profesionales de la información, para que contribuyan a desterrar prácticas que conculquen su independencia y a la denuncia de situaciones indeseables, desde unos salarios a la baja hasta el recorte sistemático de los honorarios de los colaboradores externos.

Por último, animamos a los lectores y consumidores a reclamar su irrenunciable derecho a una información de calidad, veraz e independiente.

Estamos convencidos de que la aplicación de estas elementales reglas de compromiso y profesionalidad es el único camino para mejorar la calidad de la información vinícola en nuestro país, lo que, sin duda, será beneficioso para todos los agentes implicados en la cadena de valor del vino.